El mercado entra en la fase de "desorden de expectativas", coexistiendo riesgos y oportunidades.
Recientemente, el mercado ha mostrado varias señales que merecen atención, lo que indica que podríamos estar entrando en una fase de "desorden de expectativas". La no linealidad de la trayectoria de políticas, la contradicción de los datos económicos y los sutiles cambios en la postura de la Reserva Federal están interaccionando, aportando nueva incertidumbre al mercado.
En primer lugar, la política arancelaria presenta características de divisiones internas y fluctuaciones a corto plazo. Dentro del gobierno, hay una notable discrepancia en las actitudes hacia los aranceles, lo que resulta en una falta de coherencia a largo plazo en la política. Esta repetición no solo perturba la confianza del mercado, sino que también refuerza las características de "ruido impulsado" en los precios de los activos.
En segundo lugar, hay una clara ruptura entre los datos económicos duros y blandos. A pesar de que los datos duros, como el retail, muestran un rendimiento fuerte a corto plazo, los datos blandos, como la confianza del consumidor, han debilitado en general. Esta desincronización, junto con las perturbaciones políticas, crea una resonancia que dificulta al mercado captar con precisión la dirección de los fundamentos macroeconómicos.
Una vez más, la presión de gestión de expectativas de la Reserva Federal está aumentando. A pesar de que la inflación aún no está completamente controlada, la presión fiscal está obligando a la Reserva Federal a considerar recortes de tasas de interés. Esta contradicción central se está agudizando, y la Reserva Federal necesita buscar un equilibrio entre múltiples objetivos.
En este contexto, el mercado enfrenta varios riesgos principales:
Confusión en las expectativas políticas. El mayor riesgo no radica en "cuántos aranceles agregar", sino en "no poder predecir la próxima dirección", la credibilidad de la política está perdiéndose.
Desanclaje de las expectativas del mercado. Si el mercado cree que la Reserva Federal se verá "forzada a relajar" en un contexto de alta inflación/recesión económica, podría formarse un "desajuste" con una ampliación de los diferenciales de crédito y un aumento de las tasas a largo plazo.
Aumento del riesgo de estanflación. Aunque los datos duros se ven impulsados a corto plazo por el efecto de compra, el riesgo de desaceleración del consumo real se está acumulando rápidamente.
Ante la situación actual, se sugiere que la estrategia de inversión sea defensiva, esperando oportunidades de "precios erróneos" en el mercado:
Mantener la estructura defensiva. Actualmente falta una razón sistemática para comprar, se recomienda evitar perseguir altos precios y sobrecargar activos agresivos.
Prestar atención a la estructura de la curva de tipos de interés. Si hay un desajuste con la bajada del extremo corto y el aumento del extremo largo, podría ejercer una doble presión sobre los activos de alta valoración y crédito.
Mantener una mentalidad de línea base y una asignación inversa moderada. Aunque la revalorización de la volatilidad puede ofrecer oportunidades estructurales, la premisa es controlar bien las posiciones y el ritmo.
En general, el mercado está entrando en un período de transición multivariable dominado por el ruido de políticas, señales económicas rezagadas y una disminución de la estabilidad de expectativas. En esta fase dominada por la incertidumbre estructural, controlar el riesgo y mantener la paciencia puede ser más importante que cualquier estrategia agresiva.
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ShibaOnTheRun
· 08-04 18:39
¿Vas a colapsar? Ten cuidado.
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GasWaster
· 08-04 18:35
justo como mis transacciones fallidas... el mercado no tiene consenso en este momento
El mercado entra en una fase de desorden de expectativas. ¿Cómo manejar los riesgos y oportunidades?
El mercado entra en la fase de "desorden de expectativas", coexistiendo riesgos y oportunidades.
Recientemente, el mercado ha mostrado varias señales que merecen atención, lo que indica que podríamos estar entrando en una fase de "desorden de expectativas". La no linealidad de la trayectoria de políticas, la contradicción de los datos económicos y los sutiles cambios en la postura de la Reserva Federal están interaccionando, aportando nueva incertidumbre al mercado.
En primer lugar, la política arancelaria presenta características de divisiones internas y fluctuaciones a corto plazo. Dentro del gobierno, hay una notable discrepancia en las actitudes hacia los aranceles, lo que resulta en una falta de coherencia a largo plazo en la política. Esta repetición no solo perturba la confianza del mercado, sino que también refuerza las características de "ruido impulsado" en los precios de los activos.
En segundo lugar, hay una clara ruptura entre los datos económicos duros y blandos. A pesar de que los datos duros, como el retail, muestran un rendimiento fuerte a corto plazo, los datos blandos, como la confianza del consumidor, han debilitado en general. Esta desincronización, junto con las perturbaciones políticas, crea una resonancia que dificulta al mercado captar con precisión la dirección de los fundamentos macroeconómicos.
Una vez más, la presión de gestión de expectativas de la Reserva Federal está aumentando. A pesar de que la inflación aún no está completamente controlada, la presión fiscal está obligando a la Reserva Federal a considerar recortes de tasas de interés. Esta contradicción central se está agudizando, y la Reserva Federal necesita buscar un equilibrio entre múltiples objetivos.
En este contexto, el mercado enfrenta varios riesgos principales:
Confusión en las expectativas políticas. El mayor riesgo no radica en "cuántos aranceles agregar", sino en "no poder predecir la próxima dirección", la credibilidad de la política está perdiéndose.
Desanclaje de las expectativas del mercado. Si el mercado cree que la Reserva Federal se verá "forzada a relajar" en un contexto de alta inflación/recesión económica, podría formarse un "desajuste" con una ampliación de los diferenciales de crédito y un aumento de las tasas a largo plazo.
Aumento del riesgo de estanflación. Aunque los datos duros se ven impulsados a corto plazo por el efecto de compra, el riesgo de desaceleración del consumo real se está acumulando rápidamente.
Ante la situación actual, se sugiere que la estrategia de inversión sea defensiva, esperando oportunidades de "precios erróneos" en el mercado:
Mantener la estructura defensiva. Actualmente falta una razón sistemática para comprar, se recomienda evitar perseguir altos precios y sobrecargar activos agresivos.
Prestar atención a la estructura de la curva de tipos de interés. Si hay un desajuste con la bajada del extremo corto y el aumento del extremo largo, podría ejercer una doble presión sobre los activos de alta valoración y crédito.
Mantener una mentalidad de línea base y una asignación inversa moderada. Aunque la revalorización de la volatilidad puede ofrecer oportunidades estructurales, la premisa es controlar bien las posiciones y el ritmo.
En general, el mercado está entrando en un período de transición multivariable dominado por el ruido de políticas, señales económicas rezagadas y una disminución de la estabilidad de expectativas. En esta fase dominada por la incertidumbre estructural, controlar el riesgo y mantener la paciencia puede ser más importante que cualquier estrategia agresiva.