El comportamiento del mercado de valores de EE. UU. a menudo depende de la discrepancia entre las expectativas del mercado y el rendimiento real, así como de la relación calidad-precio de la inversión. Sin embargo, esta tendencia alcista conocida como "ciclo dulce" puede verse interrumpida por las siguientes tres situaciones:
Primero, el sobrecalentamiento económico podría generar preocupaciones en el mercado. Si los datos de empleo no agrícola son excepcionalmente fuertes o la inflación se mantiene alta, los inversores podrían anticipar que la Reserva Federal adopte una política de aumento de tasas más agresiva o retrase la bajada de tasas. En este caso, la rentabilidad empresarial y la valoración de las acciones podrían verse presionadas, lo que llevaría a una caída en el mercado de valores, siendo el comportamiento del mercado en 2022 un ejemplo típico.
En segundo lugar, un deterioro económico significativo también puede provocar agitación en el mercado. Si la tasa de desempleo aumenta repentinamente o las ganancias de las empresas caen drásticamente, incluso si el mercado tiene grandes expectativas de recortes de tasas, los inversores aún pueden deshacerse masivamente de las acciones debido al colapso de los fundamentos. El desempeño del mercado durante la crisis financiera de 2008 pertenece a esta categoría.
Por último, la interrupción repentina de la liquidez también es una amenaza potencial. Por ejemplo, la explosión de una crisis bancaria o un aumento brusco en el costo de financiamiento en dólares podrían llevar a una ruptura de la cadena de financiamiento, provocando ventas forzadas. La volatilidad del mercado al inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020 es un caso típico.
En general, el aumento del mercado de valores de EE.UU. suele depender de la alternancia entre dos modelos: "una economía en mejora que impulsa el crecimiento de las ganancias" y "una economía débil que provoca políticas de flexibilización". Sin embargo, una vez que la situación económica necesita un frenazo urgente pero no se puede controlar de manera eficaz, o si surgen problemas de financiación graves, este ciclo podría romperse. Los inversores deben prestar atención a estos factores de riesgo potenciales para comprender mejor la tendencia del mercado.
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El comportamiento del mercado de valores de EE. UU. a menudo depende de la discrepancia entre las expectativas del mercado y el rendimiento real, así como de la relación calidad-precio de la inversión. Sin embargo, esta tendencia alcista conocida como "ciclo dulce" puede verse interrumpida por las siguientes tres situaciones:
Primero, el sobrecalentamiento económico podría generar preocupaciones en el mercado. Si los datos de empleo no agrícola son excepcionalmente fuertes o la inflación se mantiene alta, los inversores podrían anticipar que la Reserva Federal adopte una política de aumento de tasas más agresiva o retrase la bajada de tasas. En este caso, la rentabilidad empresarial y la valoración de las acciones podrían verse presionadas, lo que llevaría a una caída en el mercado de valores, siendo el comportamiento del mercado en 2022 un ejemplo típico.
En segundo lugar, un deterioro económico significativo también puede provocar agitación en el mercado. Si la tasa de desempleo aumenta repentinamente o las ganancias de las empresas caen drásticamente, incluso si el mercado tiene grandes expectativas de recortes de tasas, los inversores aún pueden deshacerse masivamente de las acciones debido al colapso de los fundamentos. El desempeño del mercado durante la crisis financiera de 2008 pertenece a esta categoría.
Por último, la interrupción repentina de la liquidez también es una amenaza potencial. Por ejemplo, la explosión de una crisis bancaria o un aumento brusco en el costo de financiamiento en dólares podrían llevar a una ruptura de la cadena de financiamiento, provocando ventas forzadas. La volatilidad del mercado al inicio de la pandemia de COVID-19 en marzo de 2020 es un caso típico.
En general, el aumento del mercado de valores de EE.UU. suele depender de la alternancia entre dos modelos: "una economía en mejora que impulsa el crecimiento de las ganancias" y "una economía débil que provoca políticas de flexibilización". Sin embargo, una vez que la situación económica necesita un frenazo urgente pero no se puede controlar de manera eficaz, o si surgen problemas de financiación graves, este ciclo podría romperse. Los inversores deben prestar atención a estos factores de riesgo potenciales para comprender mejor la tendencia del mercado.